SER RESPONSABLE ES NEGOCIO (PARTE 3)
Las prioridades en materia de Responsabilidad Social Empresaria, en un mundo globalizado, no son las mismas entre un país y otro. Dependen de culturas ya establecidas antes de que el concepto de RSE emergiese. Según el informe de The Economist, las empresas rusas no parecen interesadas en la ciudadanía corporativa, mientras que en Brasil el concepto está mucho más arraigado y el Instituto Ethos recibe la adhesión de unas 1.300 compañías. En la India, en cambio, la RSE está aún limitada a una filantropía paternalista que es tradicional y no incluye condiciones mejores de trabajo.
Párrafo aparte para el gigante chino, cuyo afán por crecer deja de lado las contemplaciones éticas. La falta de libertades sociales es otra barrera para el crecimiento de iniciativas nuevas por el lado de ONG o fundaciones. De todas maneras, ya hemos visto que China recibe presiones desde sus clientes del exterior para que la cosa empiece a cambiar. En todo caso, la apertura de mercados es fundamental para que la RSE se propague por el mundo emergente y se transforme en un beneficio de la globalización.
Conclusiones finales del informe:
- El negocio de la Responsabilidad Social Empresaria tiene un grupo de líderes, una gran número de seguidores y muchos rezagados.
- Ser un líder entusiasta y de alto perfil conlleva el riesgo de prometer más de lo aconsejable. Ser el primero siempre es ventajoso, pero a la larga, el que se lleva las palmas es el que implementa mejor. Quizás sea mejor ser el segundo o tercero en poner en práctica ciertas ideas, porque así ya se han aprendido las lecciones del primero en hacerlo. Para ser líder, es conveniente elegir en qué actividades nos destacaremos y en cuáles simplemente cumpliremos con las normas estándar.
- Los seguidores tienen como motivo principal de sus acciones de RSE una simple razón de conveniencia, o mejor dicho, de relaciones públicas. Es decir, no hay una actitud genuina sino un cálculo de beneficios, lo cual le resta algo de valor pero no de efectividad.
- Los rezagados son de dos clases: los que sencillamente no le han prestado la debida atención al fenómeno de la RSE, y los que piensan que se pueden permitir ignorarla, al menos por ahora. En ambos casos, el riesgo es el de llegar demasiado tarde y perder la oportunidad de subirse a un tren exitoso.
Ahora bien, si ignorar la RSE es riesgoso, mucho más riesgoso es ignorar cuál es el sentido del negocio que la empresa tiene en su razón de ser. El éxito verdadero estará siempre en el equilibrio entre la responsabilidad y la competitividad comercial. Llegará un día, lejano aún, en que la RSE sea parte obvia del negocio, y los especialistas en ella deban dedicarse a otra cosa.